No sabes cuánto tiempo más continuará esta dura prueba que ahora enfrentas, la cual parece que no terminará jamás; sin embargo has entendido que todo esto forma parte de un proceso de refinamiento que Dios hace contigo para perfeccionarte.
Has aprendido que aunque la soledad te envuelva como un negro manto, Dios está presente y activo sobre todos tus caminos…
Has aprendido a “ver” más allá de las circunstancias, en las que la soberanía de Dios obra a cada segundo de tiempo y en todo lugar, aunque aparentemente AHORA MISMO todo esté al revés.
Has aprendido a “ver” desde la perspectiva espiritual, y no desde una perspectiva humana.
Has aprendido a darle gracias a Dios aun en medio del dolor y la incertidumbre.
Has aprendido por medio de este proceso, que Dios está consumiendo las idolatrías a las que te habías acostumbrado; y que además no debes depender de personas, cosas, dinero y circunstancias…
Dale las gracias aunque no entiendas nada de lo que pasa…
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
1 Pedro 5:10-11.