Si todos nosotros empezáramos a tener una buena actitud, se esparciría y contagiaría como un virus. No sería maravilloso que pudiéramos contagiar un buen virus?
Imagina lo que se diría: “Has oído?
Algo maravilloso anda suelto por ahí. Y ate contagiaste? Está corriendo por todos lados. Donde tú mires, la gente tiene una Buena actitud!
Empecemos algo hoy! Decidamos pensar como Cristo. Decidamos amar a todos los que nos encontremos hoy., y pasemos la palabra para que todos se contagien.
“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.”
Romanos 12:9-11