5 consejos para vencer la timidez

como-superar-a-timidez         Ser tímido no tiene por qué ser un problema. Es perfectamente adecuado necesitar un tiempo para entrar en calor, coger confianza a personas desconocidas y adaptarse a situaciones nuevas. Pero la timidez impide a algunas personas sentirse cómodas en situaciones sociales o ser lo sociables que les gustaría ser.

A algunas personas les gustaría ser menos tímidas para podérselo pasar mejor a la hora de relacionarse con los demás y cuando están rodeadas de gente.

5 consejos para vencer la timidez:

  1. Empieza poco a poco con gente conocida. Practica las conductas sociales, como el contacto ocular, el lenguaje corporal que expresa seguridad, las presentaciones, las conversaciones triviales, hacer preguntas y las invitaciones, con personas con quienes te sientas cómodo.  Sonríe.  Así aumentarás la seguridad en ti mismo. Y luego prueba a hacer lo mismo con personas que no conozcas tanto.
  2. Piensa en formas de romper el hielo. A menudo lo que más cuesta de llevar una conversación con un desconocido es el principio. Piensa en formas de romper el hielo para iniciar una conversación, como presentarte («Hola, me llamo Chris, vamos a la misma clase de Inglés»), hacer un cumplido («Esa chaqueta te sienta de maravilla») o formular una pregunta («¿Sabes cuándo nos darán las notas?»). Tener pensadas varias formulas para romper el hielo allana el terreno cuando uno quiere mantener una conversación con un desconocido o una persona a quien no le tiene demasiada confianza.
  3. Ensaya lo que vas a decir. Cuando estés preparado para probar algo que has estado evitando por culpa de la timidez —como una llamada de teléfono o una conversación— escribe previamente lo que quieres decir. Ensáyalo en voz alta, tal vez delante de un espejo. Luego lánzate. No te preocupes si no te sale exactamente como lo habías ensayado o si no te sale perfecto. De hecho, muy pocas de las cosas que hace la gente que aparentemente está segura de sí misma son perfectas. Siéntete orgulloso de haberte atrevido a probarlo. La próxima vez, todavía te saldrá mejor porque te resultará más fácil.
  4. Date una oportunidad. Busca actividades donde puedas relacionarte con personas que comparten tus intereses. Date tiempo para ir conociéndolas e ir cogiéndoles confianza. A las personas tímidas a menudo les preocupa no estar a la altura o qué pensarán de ellas los demás. Este tipo de preocupaciones pueden hacer que te eches atrás y que dejes de hacer cosas que te encantaría hacer. Si en tu caso la autocrítica desempeña un papel importante, pregúntate si serías tan crítico con tu mejor amigo. Lo más probable es que con él no fueras tan exigente y lo aceptaras tal y como es. O sea que trátate como a tu mejor amigo. Date palabras de aliento en vez de esperar el fracaso.
  5. Desarrolla la asertividad. Puesto que a las personas tímidas les preocupan mucho las reacciones de los demás, no les gusta crear problemas. Esto no significa que sean “miedosas” o “cobardes” sino que no suelen ser asertivos. Ser asertivo significa defenderte cuando deberías hacerlo, reclamando lo que quieres o necesitas, o expresarte cuando otra persona está hiriendo tus sentimientos.

Sobre todo, sé tú mismo. Está bien que pruebes distintas formas de relacionarte o conversar que utilizan otras personas. Pero haz y di lo que encaje con tu propio estilo. Ser tal y como uno es —y atreverse a mostrárselo a los demás- es lo que más atrae a la gente y la mejor forma de hacer amistades.

Vivir sin máscaras

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Esconder nuestra verdadera personalidad y forma de vivir por temor a sentirnos rechazados o criticados por otros, en especial por las personas que queremos, nos llevará a experimentar una gran frustración que pudiera convertirse en depresión o en agresividad.

Aparentar que somos una persona diferente ante los demás para ganarnos su aceptación, nos muestra que todavía tenemos conflictos pendientes por resolver con el pasado y que seguramente tienen su origen en la infancia, cuando aprendimos a comportarnos o a responder de la forma en la que nuestros familiares lo esperaban para ganarnos su aprobación y cariño.

Pero ahora, después de que ha pasado tanto tiempo y nos convertimos en adultos, tenemos la posibilidad de romper ese círculo negativo que solo nos causa insatisfacción, ansiedad y estrés.

Puedes comenzar a ser tú mismo, darte la oportunidad de expresar tus verdaderos sentimientos, pensamientos e inquietudes, en especial en la compañía de tus personas más queridas. Por supuesto, recordando que eres responsable de elegir las palabras más adecuadas y el mejor momento para hacerlo, sobre todo si habías escondido esa parte de ti. ¡Darte a conocer es liberador!

Una de las situaciones más críticas que, en este sentido, enfrentan las personas con doble vida se presenta cuando, al sentirse atraídas por alguien en especial, empiezan a construir una imagen ficticia de sí mismas, queriendo aparentar ante el otro que son la persona ideal que piensan que está buscando, perdiendo la oportunidad de ser auténticas, de mostrarse tal cual son, para descubrir si existe una afinidad verdadera entre ambos, que con el tiempo les permita construir una relación estable, satisfactoria y duradera, basada en la autenticidad de comportamientos, expectativas y sentimientos.

No podemos engañarnos a nosotros mismos y a la otra persona para obtener el supuesto bienestar de su presencia en nuestra vida. En muchos casos seguimos presos de ciertas creencias equivocadas que adquirimos en algunos momentos de la vida, así que seamos capaces de liberarnos de algunas de ellas; tengamos el valor, la determinación y la perseverancia que necesitemos para reconocerlas y hacer cuanto sea necesario para superarlas y cambiarlas por otras, que nos impulsen e inspiren a vivir con honestidad, conciencia, paz, satisfacción y bienestar.

Claves para retomar el sentido de tu vida

• Busca la mejor manera de expresar lo que sientes y quieres. Evita suponer lo que pensarán los demás de tus ideas. No tengas temor de ser rechazado. Recuerda que siempre encontrarás personas afines con tu punto de vista. No seas tan crítico contigo mismo.

• Arriésgate a ser tú mismo. Cuando te comparas con los demás y quieres parecerte a otra persona, pierdes tu identidad. Acéptate como eres y anímate a ser auténtico en todo momento.

Por: Maytte Sepulveda