El habla desmedida se pueden colar palabras que van desde las vanas y sin sentido hasta las que ofenden y destruyen.
Una palabra llena de celos introduce la desconfianza.
Una palabra con maldición destruye la nobleza del alma.
Una palabra hiriente hace llorar al amor.
Una palabra llena de entusiasmo levantará una actitud pesimista.
Una palabra llena de aliento alegra un corazón triste.
Una palabra de esperanza trae vida donde se acaban las ilusiones.
Una palabra de amor restaura a la persona ofendida.
Una palabra de paz puede ponerle fin a la discordia.
Una palabra oportuna puede detener el peligro.
Una palabra sabia puede enderezar el camino.
Una palabra de perdón libera al que está cargado.
Una palabra de consuelo quita el luto del corazón acongojado.
Una palabra de verdad puede descubrir la mentira.
Y una palabra dicha de honestidad disipa las dudas.