Muchos nos deleitamos en decir “ya no vivimos bajo la ley sino bajo la gracia” porque sabemos que el poder de Dios se perfecciona en nuestras debilidades. El sacrificio de Jesús nos otorga perdón y a través de su sangre somos salvos y por ende tenemos acceso al trono de la gracia.
Romanos 5:1-2 dice “JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo: Por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Pero que pasa cuando pecamos con conocimiento y deliberadamente aun cuando conocemos ya la palabra y los mandamientos de Dios? Sera que estamos abusando de la gracia? Como seres humanos que somos, nos equivocamos y pecamos hasta con las miradas y con el pensamiento pero Dios sabe la lucha que tenemos día con día. Cuando escribo acerca de pecar deliberadamente es cuando lo premeditas, cuando haces algo y en tu mente ya pensaste que luego vas a pedir perdón.
Si viviéramos bajo la ley, posiblemente ya estaríamos muertos porque nadie entraba al lugar santísimo indignamente. Ahora en la gracia, aunque somos indignos, tenemos toda la libertad de venir a la presencia de Dios a través de la oración, de doblar rodillas y obtener su perdón. “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” Isaías 43:25
Recordemos que Dios es Santo, Santo, Santo (tres veces Santo) y Él nos pide que busquemos la paz y la santidad, de lo contrario no podremos verle. “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” Hebreos 12:14
Reflexiona y ten presente que estamos en los últimos tiempos, que el hecho que vivamos bajo la gracia de Dios no significa que tenemos la libertad de pecar deliberadamente y premeditadamente. Busquemos la santidad.
Por: Emanuela Peccorini — “Kanelitamiel”
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