Ser prudente consiste en discernir y distinguir lo que es bueno y lo que es malo. Los prudentes actúan con moderación, cautela, precaución, y consideración.
Saben hablar y saben callar, muestran pleno discernimiento y buen juicio en su conducta. Muchos usan su instinto para saber si deben ir a un lugar o no, si quedarse o irse, pero Jeremías 17:9 dice “Nada hay tan engañoso como el corazón”.
Aunque pensemos, sintamos y creamos, no olvidemos que podemos fallar y es por eso que no debemos apoyarnos en nuestra inteligencia o experiencia sino en Dios, y de todo corazón. El camino por el cual Dios quiere llevarnos es diferente al camino que conocemos y creemos que podría ser el correcto. En este día pon toda tu confianza en el que te creo y que hizo los cielos y la tierra.
Por: Kanelitamiel 4/25/17
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas
>>Proverbios 3:5-6<<